Cuando estaba a punto de colgar la entrada de ayer, me llegó la noticia de la muerte de Franco Battiato. Pocos cantantes contemporáneos han sabido tender un puente tan sutil y atractivo entre la música culta y la popular como este enigma siciliano, nacido en 1945. Reconozco que ya hacía años que no lo seguía de cerca, pero su música me acompañó en la década de los 80 y 90 del siglo pasado. Lo que más me gusta de Franco Battiato es que no se parece a nadie, ni física ni musicalmente. Supo crear un estilo propio después de haber transitado por muchos.
Es probable que los lectores más jóvenes del Rincón no sepan quién fue este músico italiano. De hecho, ayer, en conversación telefónica con un joven amigo de 27 años, me confesó que no lo conocía. Por si todavía yo albergaba alguna duda, esas palabras me devolvieron a mi auténtica generación.
No creo que sea preciso contar la historia de Franco porque ayer y hoy los periódicos de Italia y España le dedican amplias reseñas biográficas. De entre las muchas canciones que me gustaría comentar, he escogido una de las más conocidas: Centro di gravità permanente. Se encuentra en el álbum La voce del padrone, publicado en 1981, el año en que yo me vine a estudiar a Roma.
Os invito a echar un vistazo a la letra, tanto en el original italiano como en la versión española que el mismo Battiato cantaba.
ORIGINAL EN ITALIANO |
VERSIÓN EN ESPAÑOL |
Una vecchia bretone Con un cappello e un ombrello di
carta di riso e canna di bambù Capitani coraggiosi Furbi contrabbandieri macedoni Gesuiti euclidei Vestiti come dei bonzi per entrare a corte degli
imperatori Della dinastia dei Ming Cerco un centro di gravità
permanente Che non mi faccia mai cambiare
idea sulle cose sulla gente Avrei bisogno di Cerco un centro di gravità
permanente Che non mi faccia mai cambiare
idea sulle cose sulla gente Over and over again Per le strade di Pechino erano giorni di maggio Tra noi si scherzava a
raccogliere ortiche Non sopporto i cori russi La musica finto rock la new
wave italiana il free jazz, punk
inglese Neanche la nera africana Cerco un centro di gravità
permanente Che non mi faccia mai cambiare
idea sulle cose sulla gente Avrei bisogno di… Cerco un centro di gravità
permanente Che non mi faccia mai cambiare
idea sulle cose sulla gente Over and over again You are a woman in love Baby I need your love I want your love Over and over again Come in into my life Baby, I want to give you my soul Baby, I need your love |
Una
vieja de Madrid con un sombrero, un paraguas de papel de arroz y
caña de bambú. listos contrabandistas
noctámbulos. Jesuitas en acción, vestidos como unos bonzos en antiguas cortes con emperadores de la dinastía Ming. Busco
un centro de gravedad permanente que
no varíe lo que ahora pienso de
las cosas de la gente, yo
necesito un
centro de gravedad permanente que
no me haga cambiar nunca de idea, sobre
las cosas, sobre la gente. Over
and over again. En
las calles era mayo y
caminábamos juntos cortando
entre bromas manojos de ortigas. No
soporto ciertas modas, la
falsa música rock, la new wave española, el free
jazz, punkie inglés, ni
la monserga africana. Busco
un centro de gravedad permanente… tu
eres una mujer enamorada nena
ven a mi vida nena
necesito tu amor una y otra vez Quiero
tu amor una
y otra vez. |
Ayer por la mañana repasé algunas canciones de Battiato. Por la tarde escuché la conferencia de mi compañero José María Vegas en el segundo día de la 50 Semana Nacional de Vida Consagrada. Habló desde San Petersburgo (Rusia) sobre “el valor de una sociedad… ¿con valores?”. Con la audacia y contundencia que le caracterizan, abordó la dictadura ideológica del relativismo contemporáneo.
No puedo resumir su enjundiosa reflexión en cuatro trazos, so pena de castrarla, pero me fijo en lo que considero su núcleo. Sin el reconocimiento de la objetividad de los valores no hay posibilidad de vivir una vida plenamente humana y, por tanto, tampoco de organizar la vida social. Esta afirmación choca frontalmente contra lo que hoy se considera plausible; a saber, que cada persona puede construir subjetivamente los valores que para ella sean relevantes sin hacer referencia a los valores “objetivos” que los seres humanos podemos descubrir intuitivamente y que no dependen ni del espacio, ni del tiempo, ni de otros factores contingentes.
Detrás de muchos de los debates actuales sobre el género, el aborto, la eutanasia, etc. late este relativismo axiológico. Si uno lo denuncia con argumentos, enseguida es tildado de enemigo del progreso y otros epítetos menos cariñosos. A la postre, lo verdaderamente “objetivo” parece ser el Boletín Oficial del Estado (que publica las leyes aprobadas por el parlamento) y el Código Penal (que sanciona las conductas contrarias).
Espoleado intelectualmente por la conferencia de mi compañero hispano-ruso, volví por la noche a esta vieja canción de Battiato. Él, testigo y protagonista de los profundos cambios sociales de los años 60-80 del siglo pasado, peregrino de filosofías y corrientes artísticas, hombre culto con sensibilidad metafísica… buscaba desesperado “un centro de gravedad permanente”. Lo decía con la música aterciopelada que solo un hombre como él sabía componer: “Yo necesito / un centro de gravedad permanente / que no me haga cambiar nunca de idea, / sobre las cosas, sobre la gente”. Es una manera poética de decir lo que el profesor Vegas decía ayer con rigor filosófico: sin valores objetivos (y, por tanto, permanentes), los seres humanos nos convertimos en basura espacial.
Necesitamos un “centro de gravedad permanente” que nos atraiga y nos permita movernos con sentido. Qué o quién sea ese “centro” no resulta fácil deducirlo de la canción de Battiato, pero la necesidad es evidente en medio de ese bazar que es la vida humana en el que uno puede encontrar −¡ojo a la ironía del siciliano!− “capitanes valerosos, / listos contrabandistas noctámbulos, jesuitas en acción, / vestidos como unos bonzos / en antiguas cortes con emperadores / de la dinastía Ming”. Battiato se sentía muy atraído por el budismo (de hecho, practicaba meditación tibetana), pero estaba abierto a la sabiduría de todas las religiones.
Centro di gravità permanente (italiano)
Entrevista con Franco Battiato en la Cadena SER
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