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jueves, 6 de febrero de 2020

Una pequeña joya

Hoy no tengo más remedio que escribir la entrada desde Fiumicino. Emprendo un nuevo viaje. Dispongo de pocos minutos. Veo que algunas personas se cubren la boca con mascarillas azules y blancas. Son menos de las que me temía. Los fabricantes de este adminículo se están frotando las manos. Estoy seguro de que a más de un empresario italiano se le ocurrirá producir mascarillas “de diseño”. En el país transalpino, la moda llega hasta los más mínimos detalles. Leo que ha muerto Kirk Douglas a la venerable edad de 103 años y que Donald Trump –como era previsible– ha superado el “impeachment”. La escena de Nancy Pelosi rompiendo los folios que Trump le entregó con el texto de su discurso fue atrevida y elocuente, más propia de un país latino (Pelosi es de ascendencia italiana) que de uno anglosajón. Mientras suceden estas cosas, yo me deleito con una pequeña joya: el vídeo de una salmantina llamada Sheila Blanco que se ha atrevido a poner letra a la “Marcha turca” de Mozart. Y, lo que es más difícil todavía, a hacer una interpretación vocal (Mozart la escribió para piano) a una velocidad increíble, tragándose corcheas y semicorcheas como quien engulle patatas fritas o uvas en Nochevieja. Me parece una maravilla. Os dejo con el vídeo. Espero que os guste. Como hay subtítulos (no os olvidéis de activarlos), es más fácil seguir la endiablada y simpática letra. De todos modos, la pongo después del vídeo.


“Mozart: un niño genial”
(Sheila Blanco)

Érase una vez, un niño genial
que aprendió a tocar y a componer 
antes que a hablar,
Amadeus era en la peli,
Mozart para los demás.
Fue con su papá
de aquí para allá
sorprendiendo a Reyes 
y a la alta sociedad
y batiendo muchos récords 
de destreza a corta edad:
A los 4 toca el clavicordio,
a los 6 domina ya el violín,
lee la música a primera vista
e improvisa como John Coltrane.
Érase una vez, un niño genial
y su padre, un espabilao’ de manual,
giran años por Europa,
lucimiento del chaval.
Por las Cortes de Munich, 
París, Londres y La Haya
y en su Austria natal 
embelesó al Emperador.
En Versalles Los Mozart
tocan para el Rey Luis XV;
su primer Oratorio con 9 años terminó.
La verdad es que la obra mozartiana 
hoy no tiene parangón
porque, como buen virtuoso, 
hizo de todo, ¡ya lo veis!
entre conciertos, sinfonías, misas, 
óperas, sonatas, arias, sumaron 626.
Trabajó muy fuerte el pianoforte
 y a Johann Sebastian Bach
y era tan bueno 
que tocaba su teclado sin mirar.
Sus partituras manuscritas 
las hacía sin tachar
 y se hizo muy famoso, una rock star.
Pero como pasa hoy en día 
en nuestras redes sociales,
Mozart tuvo también 
algún que otro hater,
un compositor coetáneo suyo 
llamado Antonio Salieri
pero esto nunca se pudo demostrar.
El caso es que si ves la película 
llamada Amadeus
allí Salieri en la reencarnación del mal, 
y sí, le tachan de ser
un indeseable, envidioso e impostor 
que lleva al pobre Amadeus a su final.
¡Qué se puede decir que 
no se haya dicho de Mozart!
Que su música cura el alma 
y mueve el corazón.
Que su obra es 
la piedra angular del clasicismo
y que fue una gran pérdida 
lo joven que murió.
Y aunque el hombre trabajó siempre 
de sol a sol, 
sufrió sus penurias.
Y aunque Mozart nunca estuvo en Estambul
esto que oyes la Marcha Turca es,
Sonata en la mayor, Rondó.

1 comentario:

  1. Mi cultura es muy pobre, especialmente en el ámbito musical, pero amo la música de Mozart y los clásicos mas representativos. Escuchar esta letra y su interpretación invita al reto de intentarlo, así como dices trangando notas a todo meter, pero con ese swin motzariano es una delicia y a mis 61 años, lo intento gracias

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