Estamos ya en el XVII
Domingo del Tiempo Ordinario; es decir, en la mitad de las 34 semanas que
lo componen. El año litúrgico terminará el 26 de noviembre. Faltan 118 días para la solemnidad
de Cristo Rey. Queda todavía mucho camino. Está concluyendo el mes de julio. Me
pesa ya el sopor del verano. Yo me encuentro más a mi aire en el resto de las
estaciones. Ahora todo me exige un esfuerza extra, incluso mantener vivo este blog. Está claro que necesito tomarme
unos días de vacaciones. Mientras llegan, me imagino una típica misa de verano
en cualquier rincón de playa o de montaña. Acude la gente disfrazada de
turista, con la piel bronceada y con ganas de que todo termine cuanto antes
para disfrutar… de no hacer nada. ¿Es posible hacerse cargo del mensaje de la
Palabra de Dios en un minuto? Un periodista cristiano español lo intenta todos los días. Podéis
asomaros a sus vídeos en YouTube.
Lo de los 60 segundos va rigurosamente en serio. Yo no llego a tanto. Mis
homilías dominicales suelen durar entre cinco y diez minutos, pero mi post de hoy será breve. Así tenéis más tiempo... para no hacer nada.
- De la primera lectura rescato una frase puesta en labios del rey Salomón. No estoy seguro de que nosotros respondiéramos como lo hizo el joven rey si Dios nos preguntara hoy qué deseamos. Las palabras de Salomón no tienen desperdicio: “Enséñame a escuchar para que sepa gobernar a tu pueblo y discernir entre el bien y el mal” (2 Re 3,9). ¡Con la cantidad de cosas que se pueden comprar con una buena cuenta en el banco!
- De la segunda, elijo esta frase de Pablo: “Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien” (Rm 8,28). Incluso una lesión de rodilla, como la que yo padezco estos días. No siempre es fácil hacer una lectura providencial de la película de nuestra vida, pero es la lectura propia del creyente.
- Del evangelio me quedo con la parábola del tesoro, una de las tres que Jesús propone hoy. Aquí en Italia se usa mucho la palabra tesoro (marcando bien la ese sonora) entre enamorados y también entre padres e hijos. ¿Es Dios el tesoro por el que vale la pena dejarlo todo y comenzar una vida nueva? ¿Es el tesoro que colma de alegría el corazón? ¿Es el tesoro que no se puede comparar con ningún otro?
Como me imagino que esto
os sabe a poco, os dejo con la explicación detallada del amigo Fernando Armellini.
Gracias Gonzalo, cuidate la rodilla y descansa que tienes las vacaciones bien merecidas. También Jesús nos invita a descansar, el evangelista Marcos nos cuenta que Jesús les invitó: Venid vosotros solos, a descansar un poco en un lugar apartado... Un abrazo
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