Mañana sábado
tendré que hablar un poco de los cristianos en Corea. Si no, se va a acabar mi
estancia en este país asiático sin decir una palabra sobre la peculiar Iglesia
coreana. Pero hoy no quisiera pasar por alto un documental sueco. El enlace me
lo envió ayer un amigo por correo electrónico. Es probable que se trate de un
documental ya visto por algunos de vosotros –no en vano tiene diez años–,
pero para mí era completamente desconocido. Se llama Nunnan (en sueco), The Nun (en inglés) y La monja (en español). Tiene bastantes cosas insólitas. En
el sur de Europa no estamos muy acostumbrados a ver producciones suecas. Y
supongo que menos aún en otras latitudes. El documental, de casi una hora de duración,
aborda la historia de una chica católica, Marta, que se hace carmelita descalza
en un convento sueco (lo cual también es llamativo teniendo en cuenta que los católicos
representan en torno al 2% de la población, gracias, sobre todo, a los
inmigrantes polacos, croatas, latinoamericanos, libaneses, etc.). El documental
sigue la historia de Marta y su numerosa familia a lo largo de unos diez años.
Está en sueco, con algunos fragmentos en francés e inglés, pero se puede ver
con subtítulos en el español de Argentina.
No me voy a
extender mucho porque el post de ayer
fue demasiado largo. Hoy toca moderarse un poco. Debo reconocer que en una
sociedad tan secularizada como la sueca, la familia de Marta es una excepción.
Se trata de una familia católica que vive una profunda espiritualidad. Son
granjeros. El trabajo en el campo les da un contacto directo con la naturaleza
y con el mundo del trabajo. En la granja han construido una pequeña capilla
donde rezan regularmente. Aunque todos los hijos comparten la fe de sus padres,
no todos la viven de la misma manera. De hecho, una hija, la protagonista del documental,
decide hacerse monja de clausura en un convento carmelita mientras uno de los
hijos se va a vivir a París un poco harto del ambiente familiar y con más preguntas que respuestas. Ambos hermanos
se quieren y respetan, pero afrontan la vida de manera muy distinta. La
narradora del documental es testigo de algunos momentos entrañables de la vida de esta
singular familia. Evita dar su opinión. Procura describir los hechos con mirada
objetiva. Tan pronto vemos al hijo pequeño dando de comer a las gallinas en la
granja familiar como a Marta rezando en el convento carmelita o a toda la
familia (excepto la monja Marta) celebrando una fiesta familiar al aire libre.
Me gustan las
historias de personas que viven una honda experiencia de Dios en contextos en
los que se respiran otros aires. Es verdad que Suecia es
una sociedad muy secularizada en la que el ateísmo ha crecido mucho en
las últimas décadas, pero también es verdad que es una sociedad muy respetuosa
con las creencias de cada uno. Algunos expertos dicen que en Suecia se mira la
religión “con benigna indiferencia”. ¿Es éste el futuro que les espera a otros países
europeos? No lo sé, pero hay algunos signos que apuntan en esa dirección. Por eso
es bueno conocer historias de familias creyentes en ese mar de indiferencia. Por
una parte, se trata de familias muy normales, comparten el estilo de la gente de hoy; por otra,
son diferentes, apuestan por una forma de vida alternativa, basada en la fe y
la espiritualidad.
Os dejo con el enlace al documental. Ya me diréis qué os ha parecido, en el supuesto de que no os aburra demasiado.
Os dejo con el enlace al documental. Ya me diréis qué os ha parecido, en el supuesto de que no os aburra demasiado.
He visto la película y la verdad es que me ha emocionado mucho. La alegría, la sonrisa de esa monja y de esa familia tan cercana a Dios. Y el hermano con preguntas que todos nos hacemos pero que él lanza a los demás. ¿Para liberarse? La realidad es que en su intimidad reza para dar gracias a Dios.
ResponderEliminarPregunta de cultura. Son carmelitas y la narradora habla de su nacimiento en el Monte Carmelo pero para nada de la reforma de Santa Teresa. Si se cita a San Juan de la Cruz pero no a ella. ¿Los carmelitas sigue todos la reforma de Santa Teresa o siguen distintas reglas según países o costumbres?
Un abrazo