tag:blogger.com,1999:blog-5429668053847382950.post5992910189108772938..comments2024-03-29T12:29:26.974+01:00Comments on EL RINCÓN DE GUNDISALVUS: La solidaridad escondidaUnknownnoreply@blogger.comBlogger1125tag:blogger.com,1999:blog-5429668053847382950.post-27242227298796148012018-06-18T23:23:47.561+02:002018-06-18T23:23:47.561+02:00He escuchado con mucho interés lo que dice este vi...He escuchado con mucho interés lo que dice este viejo político, que ha sido un ejemplo de coherencia. Pero no por ello puedo dejar de encontrar una buena cantidad de demagogia en su reflexión. Los muchos emigrantes que viajaron a América en los siglos XIX y XX no se pueden comparar con la emigración ilegal que tiene lugar en Europa en nuestro días Aquella era emigración legal, promovida por los propios países receptores. ¿Admitían ellos a emigrantes ilegales que entraban en los países sin papeles? Es sólo una pregunta. Aunque se puede entender con facilidad por qué no tenían pateras. En Europa, desde mitad del siglo XX se ha dado una emigración legal tan o más masiva que la que se produjo a América. Son muchos millones en toda Europa. Es con esta con la que hay que comparar lo que cita Múgica. Y respecto de la emigración ilegal, quitando excepciones, se rescata a los náufragos, se les atiende, la mayoría se quedan. Si lo hacen en situación ilegal, muchos tiene no obstante cobertura social. ¿Se puede hablar de egoísmo europeo? Es una generalización injusta. Se habla además de la rica (e insolidaria) Europa cuando se menciona la emigración ilegal. Pero cuando se habla de las políticas internas, se hace referencia a los muchos que viven en el umbral de la pobreza, a los millones de desempleados, a los que trabajan por salarios miserables... ¿Por qué se cambia la tecla según de qué se hable? Eso, con todos los respetos, se llama demagogia. Por fin, un mal endémico en la economía de los países europeos del sur es la economía sumergida, que es la que engorda la emigración ilegal. En fin, que los problemas son muy complejos, y los discursos sentimentales y demagógicos, lejos de ayudar a resolverlos, los empeoran. Solidaridad, sí, pero, por favor, con inteligencia. José María Vegasnoreply@blogger.com